Saturday, May 26, 2007

M E N T I R A

Engañar, embaucar, confundir, traicionar…, cada palabra es sinónimo de un acto deliberado para obtener una ganancia personal. Nicolás Maquiavelo afirma que el “fin justifica los medios” y en efecto, toda mentira guarda en sí misma un fin, que con distintos matices no es otro que evitar la realidad tal como es y en todo caso las consecuencias de ella; por eso, Mentira, quizá también significa autoprotección.
Autoprotección es entonces un fin que en este contexto usa como medio el engaño, el ocultamiento o la manipulación; autoprotección parece una justificación razonable, aunque no por ello desaparece el hecho real: fingir, pretender, hacer pasar algo por otra cosa; lo que deriva en la formulación de una pregunta ¿para qué mentir? y la razón es mentir como único medio posible para ganar, para forzar una situación que de otro modo no ocurriría.
Para qué habla de objetivos, de finalidades como evitar un castigo al negar el hecho, de eliminar consecuencias generalmente desagradables, igual que un niño que afirma no haber roto el florero de mamá; igual que un adolescente quien se acude a un lugar diferente del que solicito permiso, igual que evitar a una persona asegurando estar ocupados, hacer trampa para un examen, o las relaciones de pareja múltiples. Una forma especial de mentira consiste en negar la realidad pretendiendo fingir que las situaciones no han cambiado, sino que son como se quiere que sean, lo que conocemos como autoengaño, donde la autoprotección implica anular, omitir o negar información que deriva en desequilibrio emocional y daño, como la muerte de un ser querido, o la separación de una pareja.
Otro tipo particular de mentira popularmente llamada piadosa, se pretende justificar por el deseo conciente de no hacer daño a otro, sin embargo, la autoprotección se explica por la evitación de una sensación desagradable, originada por la conducta o sentimiento de ese otro, o bien, por la repercusión que conlleva admitir como falso lo que no es más que fantasía, por la repercusión en la imagen personal.
El origen de la mentira, el por qué, es sin duda resultado de aprendizaje cultural, no sólo de los dobles mensajes emitidos por los padres, por ejemplo cuando afirman que es “malo” decir mentiras, hasta que alguien llama al teléfono y le pide al niño negar su presencia, situación que crea en él una sensación de confusión sobre que es lo correcto; por si fuera poco, también se aprende a tener amor de forma condicionada, es decir, si tú no haces o dices, entonces no te quiero, por esta razón el mentir se convierte en un acto conciente, sólo después de haber introyectado normas sociales y haber comprendido que la forma en que nos mostramos influye en la reacción que los otros tienen, por eso se miente y se finge ser quien en realidad no se es, porque la creencia es ser como al otro le gustaría, complacer al otro para entonces obtener los beneficios deseados, evitando a toda costa que el otro pueda incluso imaginar que se posee algo que de ante mano se sabe que no le agrada, de tal modo que se usa la careta más conveniente a la situación y a la persona. El temor a perder el amor o la aceptación de quienes se consideran importantes, puede ser razón suficiente para mentir, así que seguramente ligada a la mentira se encuentra la estima, la seguridad y la confianza personal, de tal modo que cuando aparece el engaño se asocia a una persona que por sí misma se percibe inhábil o con inadecuada capacidad de solución y afrontamiento de conflictos, e insegura; quedando entonces como soluciones el autoconocimiento, la práctica de la asertividad y sin duda, tomar en cuanta una reflexión propuesta por los filósofos existencialistas y concretada por Lou Marinoff: “Debemos obrar correctamente incluso cuando no hay razón aparente para ello, la verdadera valentía e integridad suponen hacerlo en nombre del propio bien; obrar bien no por temor al castigo, o por el ansia de elogios, o porque resulte oportuno, o por no cometer un pecado, sino solamente porque es lo correcto”.
drp.

1 comment:

Michael_M said...

Me parece muy interesante tu punto de vista sobre la Mentira. Estoy de acuerdo, que vivimos en un mundo de mentiras, no se pueden eliminar, pues son parte del misterio del humano. Es imposible saber lo que piensan nuestros semejantes. Siempre hay algo que se oculta, y de ahí nacen las mentiras. El detector de mentiras falla, y en el futuro quizá podamos examinar a una persona lo que tiene almacenado en el cerebro, pero esto será todavía muy tardado. (que bueno)
Felicidades por este comentario acertado.