Tuesday, January 30, 2007

¿Ganar o perder?
Siempre que ganamos... perdemos, pero también siempre que perdemos ganamos. Vaya que si es una gran contradicción, pero mucho hay de cierto en estos enunciados, porque a lo largo de nuestra vida nos encontramos ante la evolución y el cambio personal de Todo lo que nos rodea; sin embargo, en ese mismo mundo construido a partir de lazos afectivos puede resultarnos doloroso el decir adiós a algo o a alguien, aun sin importar las circunstancias y los motivos en que esta separación ocurra. Para bien y para mal, ganamos y perdemos, perdemos y ganamos.
Invariablemente, cuando se trata de perder, sea lo que sea, la ausencia es acompañada por de dolor y sentimientos como incredulidad, coraje, culpa, tristeza, desolación, así como la idea de que es imposible continuar viviendo sin aquello que ya no está, pero lo cierto es que lo aceptemos o no, nos guste o no, la realidad es: Sí, "nuestro mundo" cambio a partir de esa pérdida. Por tanto es necesario realizar una serie de ajustes, tanto a nivel físico, es decir, quizá modificar las actividades, asumir nuevas responsabilidades o roles, adaptarse a nuevos espacios, etc. etc. etc., como a nivel emocional, para esto es importante ocuparnos y permitirnos vivir el duelo que le corresponde a nuestra pérdida, porque sin aceptar, ajustar y superar la pérdida para poder dejar atrás lo que se fue. Cuando una pérdida ocurre voluntariamente o como una forma de superación, el proceso que se vive para aprender a decir adiós es aparentemente "menos doloroso", en comparación al que se experimenta cuando se trata de una situación inesperada o no deseada, aunque no quiere decir que no se presenta. Sin embargo, en la situación no deseada se evita dejar atrás, porque el hacerlo puede incluso significar para la persona un acto de traición, de egoísmo, de olvido, porque es continuar viviendo aun sin lo que se fue y a pesar del lazo que existió. La clave esta precisamente en aprender que dejar atrás, no quiere decir que nunca existió un tiempo y un espacio en común, claro que una vez fue, pero ya no más... Cuando nos aferramos a algo por estas ideas erróneas, es posible que se presente un círculo inteminable en el que se reviven una y otra vez los sentimientos de dolor, se re - sienten, para simular que la vida no ha cambiado y que el objeto perdido sigue junto a nosotros para así evitar el doloroso paso de decir adiós. Probablemente la conducta del no - adiós esta reforzada por el miedo y la incertidumbre que genera el cambio, porque una pérdida será siempre eso, experimentar algo nuevo, diferente, algo para lo que no nos sentimos con los recursos necesarios para poder enfrentarlo; es precisamente por esta razón por la que una perdida es potencialmente una ganancia, ya que a nivel práctico se tiene la oportunidad de reconocer y desarrollar habilidades que sirvan no sólo para afrontar la pérdida, sino también para mejorar el estilo de vida de manera general; más aun, un replanteamiento en el sentido de vida, actitudes, capacidades y formas de vida, porque siempre hay que tener presente que toda nuestra vida es una larga cadena de pérdidas encarnadas en personas, lugares, salud, objetos y tiempo a los que en algún momento, llega el momento de decir adiós, queramos o no, estemos preparados o no...

Monday, January 15, 2007

Una y mil veces

Una y mil veces he pensado en este amor, una y mil veces la ilusión pende de una sonrisa que habla de ti, del frágil roce de tu piel sobre mi mano que me hace estremecer al tratar de comprender tu corazón y saber que cada caricia es una suave promesa de fantasía y mesura.

Una y mil veces en cada sueño camino hacia ti para estrecharte entre mis brazos y mirarte a los ojos mientras encuentro las dulces palabras que tantas veces he dicho - aunque no pueda decirlas-, aunque sé que debería despertar de ese sueño y no besarte si estas frente a mi, no tocarte ni sentir el calor de tu cuerpo junto al mío y no amarte aunque estés lejos de aquí; pero lo cierto es que no te has ido, aunque día a día te encuentro más lejos o quizá más cerca de un corazón que ama el amor y ha entrado en su juego, un corazón al que una y mil veces le he explicado ya, pero que inevitablemente es un corazón que sigue aferrado a tu amor, que cree en las caricias que lo provocan y disfruta cada poema de tus labios al caer la noche. Un corazón que una y mil veces se ha preguntado qué puede entonces hacer con su amor.
By DRP

Monday, January 01, 2007

¿Quienes somos?

Nada es gratis en la vida, como siempre todo tiene una razón de ser, pero pocas veces nos detenemos a pensar sobre esta pregunta y lo que representa en nuestras vidas, tal vez por eso nuestro mundo esta vuelto loco, porque lo cierto es que de saber quienes somos se desprenden otros aspectos de nuestra vida igual de importantes, qué quiero, qué me gusta y todos los planes y formas que inventamos para conseguir nuestros objetivos, así como también influye en nuestra capacidad para relacionarnos con otras personas, cómo conocer a otro si no me conozco a mí.
Existen teorías de la conducta que explican la forma en que desde pequeños aprendemos a actuar, a pensar y hasta a sentir o por lo menos a percibir lo que nos pasa y lo que pasa a nuestro alrededor, siendo la familia y los padres o los que representen este papel en nuestras vidas de quienes aprendemos todo esto a partir de la imitación de situaciones que no necesariamente son experimentadas personalmente, es decir, del ejemplo, de lo que vemos que "los otros" hacen, esos otros que luego incluyen a maestros, amigos o cualquier otra persona que nosotros consideremos importante, incluso aunque no exista en la vida real como los personajes de las películas o de los cuentos. También es cierto que lo que otros esperan de nosotros, probablemente desde antes de nuestro nacimiento, influye en el como actuamos o elegimos actuar y en las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida, desde pequeños se nos dice "Tú tienes que ser el más inteligente, el mejor portado, el más exitoso", eso o "Tú nunca haces bien las cosas, eres un tonto, no sirves para nada", finalmente parece que todo lo que los otros nos dicen es una serie de instrucciones que señalan claramente lo que se espera de nosotros y por lo tanto como debemos ser y actuar. Las expectativas de los demás muchas veces se convierten en deseos personales "Quiero terminar una carrera, casarme, tener dinero..." aprendemos a pensar de una manera específica, en función de lo que socielmente se considera correcto o incorrecto, bueno o malo y hasta aquí todo es simplemente un proceso de socialización, de convivencia interpersonal, de educación que busca transformar humanos (desde el plano biológico) en personas, el problema viene cuando nuestra forma de ser, pensar y sentir no coincide con lo que se espera de nosotros, con lo correcto socialmente, pero que hacemos para conservar el cariño, los beneficios o la tranquilidad de todos los involucrados, por el temor a la pérdida, al rechazo. ¿Quién soy y por qué hago lo que hago? Preguntas en las que deberíamos pensar con más frecuencia.