Saturday, March 24, 2007

Olvido

Se me olvidó dejar de quererte,
olvidé decir adiós a las noches de luna
y al amor que hay entre los dos.
Sentí tu piel junto a mi piel
y me encontré con tu mirada.
Olvidé dejar de quererte y aquí estoy.
Se me olvidó que no eras mío y jamás te dije adiós.
Bajo la luz de la luna mi vida cambió,
contigo y sin ti viví un amor que no queda en el olvido.
Se me olvidó dejar de quererte,
porque no se puede olvidar el amor.


By D.

Thursday, March 22, 2007

¿Cuándo dejamos de intentar?
Existen tres cualidades principales por las que una situación puede resultar amenazante para una persona y causan un estado de desequilibrio conocido como estrés, estás son: imprevisión, duración e intensidad del evento. Entendiendo que más se acentúen estas características, será también más grave el nivel de afectación para cada persona. Sin embargo, también es cierto que de manera distinta, cada persona posee la capacidad de anfrontar tales circunstancias, variando no únicamente en la forma en que se reacciona, sino también de acuerdo al momento particular en que se experimenta; es decir las reacciones varían de persona a persona, pero también una persona puede reaccionar de manera distinta ante una misma situación o hecho dependiendo de la vulnerabilidad que registra.
Como resultado de estas diferencias que afectan el comportamiento, trás un evento que genera estrés, puede observarse que una persona puede ser capaza de resolver positivamente los hechos, o no.
Lo que me parece interesante es que en muchas ocasiones las personas desconocen las habilidades y capacidades que poseen, y no es hasta que algo que en su momento consideran grave, provoca intentar hacer cosas nuevas, explotando y poniendo en acción los recursos personales.
Existen muchas razones por las que tendemos a actuar de manera automática durante las actividades que realizamos a lo largo del día,... y por supuesto, de nuestra vida; estas pueden ser comodidad, temor, falta de motivación, sobreprotección por parte de personas cercanas como los padres, experiencias que arrojaron consecuencias importantes en nuestras vidas, que ueden ser positivas o negativas, pero que son recordadas cada vez que se viven situaciones similares y por tanto determinan reaccionar también de manera similar. En este último caso, recuerdo el ejemplo de un pequeño elefante que durante los primeros días de su vida es atado por una cadena al suelo, en ese tiempo, él aun no tiene la fuerza para lograr vencerla y a pesar de su esfuerzo no logra escapar de ella; sin embargo el recuerdo de estos intentos es tan importante para él, que aun cuando crece es incapaz de tirar de la débil cuerda que lo ata al suelo, porque sigue creyendo que no podrá lograrlo. Es precisamente por esta razón que es importante reconocer el por qué reaccionamos de una manera u otra a lo que nos pasa en nuestra vida diaria, a qué estamos atados, para así reflexionar sobre la oportunidad de rectificar o reafirmar posturas personales, con el propósito de mejorar en cualquier área de nuestra vida. Recordemos que aun algo que pude parecernos amenazador, representa también una oportunidad para hacer cosas que nunca antes hicimos y que finalmente puede dar buenos frutos.