TRAICIÓN
“El que traiciona es el que verdaderamente ama a aquellos que traiciona,
porque si no los ama, ¿cómo los va a traicionar?”
Amos Oz.
La historia del ser humano es vivir en comunidad, convivir con más hombres de quienes recibe protección, cuidado, amor, educación y a partir de estos lazos forma sociedades que se distinguen por determinados valores e ideologías, sin embargo no se pierde la individualidad por la que cada hombre como principio básico de su naturaleza busca sobrevivir utilizando como herramienta todos los medios de los que puede disponer.
La traición implica una acción que repercute en sentimientos tanto para quien la lleva a cabo como para el traicionado, a su vez esos sentimientos están basados en ideas que representan expectativas de actitudes y acciones; por lo tanto, es considerada como traición a cualquier acción que no es “esperada”, porque se relaciona con patrones de conducta, códigos de ética, moral o ideología afines entre los protagonistas y que son transgredidos por uno de ellos.
Traición equivale también a no – honestidad, ocultamiento o engaño, por lo que las consecuencias para el traicionado no necesariamente implican daño físico sino sentimientos de enojo, frustración, tristeza, decepción, ansiedad, o sensación de minusvalía; mientras que en el caso del traidor pueden estar o no presentes sentimientos de arrepentimiento, sin embargo al descubrir actos de traición, la confianza y los lazos entre los implicados resultan afectados.
La traición se asocia a una recompensa o móvil que puede ser de diversa índole, pero quizá no sea el fin principal de la acción, lo más importante de la traición es el qué la origina, la motivación que la pone en marcha y que tiene la suficiente importancia como para estar dispuesto a cometer tal acción. Será entonces la traición un acto de “valentía” o de “cobardía”, tomando en consideración que es contraria a lo que habitualmente se hace, a lo que se ha aprendido o se considera correcto, porque la traición se comete contra alguien cercano, con quien existen lazos afectivos. Implica también arriesgarse a hacer algo nuevo, desconocido, lo que sugiere la posibilidad de que exista la autotraición cuando se cambia de actitud o de ideología en el afán de mejorar u obtener resultados positivos, por lo que en este caso la traición puede ser buena, no desde el punto de vista moral sino funcional, a partir de una decisión razonada.
Traición equivale también a no – honestidad, ocultamiento o engaño, por lo que las consecuencias para el traicionado no necesariamente implican daño físico sino sentimientos de enojo, frustración, tristeza, decepción, ansiedad, o sensación de minusvalía; mientras que en el caso del traidor pueden estar o no presentes sentimientos de arrepentimiento, sin embargo al descubrir actos de traición, la confianza y los lazos entre los implicados resultan afectados.
La traición se asocia a una recompensa o móvil que puede ser de diversa índole, pero quizá no sea el fin principal de la acción, lo más importante de la traición es el qué la origina, la motivación que la pone en marcha y que tiene la suficiente importancia como para estar dispuesto a cometer tal acción. Será entonces la traición un acto de “valentía” o de “cobardía”, tomando en consideración que es contraria a lo que habitualmente se hace, a lo que se ha aprendido o se considera correcto, porque la traición se comete contra alguien cercano, con quien existen lazos afectivos. Implica también arriesgarse a hacer algo nuevo, desconocido, lo que sugiere la posibilidad de que exista la autotraición cuando se cambia de actitud o de ideología en el afán de mejorar u obtener resultados positivos, por lo que en este caso la traición puede ser buena, no desde el punto de vista moral sino funcional, a partir de una decisión razonada.
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